A unos pocos kilómetros de Barcelona, el Garraf es un territorio de una belleza mediterránea única. Un lugar de apariencia seca paradójicamente marcado por el agua: con un mar que dibuja un litoral tortuoso y un paisaje tierra adentro que engulle la lluvia con una sed insólita. Mar y rocas, viñedos y castillos, fiesta y tradiciones, naturaleza, sabores, y muchas cosas más.